viernes, 21 de noviembre de 2008

Vicent


Hoy encuentro un ratito de paz y mientras espero que llegues me siento a escribir porque, como sabes, es mi manera de reflexionar a cerca de todo lo que va aconteciendo en mi vida y me va haciendo la que soy.

Ahora, me detengo, y desde esta quietud comienzo a pensar y a estimar lo que realmente es importante. Y aparecen pequeñas y sencillas cosas que compartimos y van dando sentido a nuestra vida…Estoy pensando en tu abrazo cuando llegas a casa, en tu compañía…en ese saber que estás ahí… aunque tu estés a lo tuyo y yo a lo mío, pero siempre cerca. Estoy repasando nuestras vivencias cotidianas, esos momentos en los que espontáneamente nos sentamos a conversar de nuestras cosas, en cuando me lees lo que escribes, en cuando me explicas con diligencia algo que no entiendo y en lo que siento mientras te escucho (creo que eres un ser dotado de grandes privilegios). En cuando me enseñas taichí, y quedo maravillada de ver la armonía con la que haces fluir la energía por todo tu cuerpo(…sabes que pienso que no hay mejor maestro que tú). Ahora recuerdo también nuestros gustos compartidos, en como disfrutamos escuchando a Lluís Llach en el coche, en nuestros libros y también en todo lo que he aprendido desde que estoy contigo. En cuando me enseñas pacientemente a tocar la guitarra y me animas aún sabiendo, como sabemos los dos, que soy un desastre. En tu confianza en mi, en tu apoyo incondicional y también en la ilusión compartida por conseguir hacer realidad pequeños sueños que ambos teníamos, como bucear y ahora ya poder navegar. En nuestros encuentros después de algún desencuentro, y en tus charlas terapéuticas, que son para mi como bálsamos de amor y comprensión que van curando mis heridas. Eres grande Vicent y al pensar en ti, que eres puro amor, me doy cuenta de cuánto te amo y de cómo has entrado a formar, inevitablemente, parte de mi vida para siempre… Creo que ya hemos vivido muchas vidas juntos, reconocimiento tras reconocimiento. Y tu amor callado y sencillo, honesto y sincero, puro y noble me lo confirma en tu mirada y en tus acciones.

Quiero que sepas que soy muy feliz y que siento en paz... cuánto te amo. Espero que siempre reservemos un espacio de cada día para seguir celebrando eternamente nuestro amor.

Tengo miedo a los perros.


Tengo miedo a los perros. Siempre lo he tenido… tanto es así, que no puedo recordar de donde nace ese pánico que me paraliza cuando veo a uno. Mi corazón comienza a latir fuertemente, mis oídos ensordecen, el aire parece que me falte y el pánico se apodera de mi cuerpo.

Reflexionando sobre el tema he llegado a la conclusión de que este miedo a los perros puede ser la representación de mis temores. La desproporción de la sensación de miedo ante uno de ellos, es la misma con la que, en ocasiones me enfrento ante mis conflictos no resueltos…. Visto desde fuera es desmedido… sin embargo, yo lo paso verdaderamente mal. Los perros simbolizan mis desconfianzas, mis dudas, mis desencuentros conmigo misma. Cuando me encuentro con uno de ellos y hago acopio de valor para ser capaz de cruzarme con el, entonces ladra más fuerte para que yo me asuste. Pero alguien me ha dicho que si les impones tu presencia mirándoles fijamente a los ojos se intimidan y se achican. En realidad, no son nada más que pensamientos negativos, miedos y malos recuerdos que punzan, lastiman y ensombrecen mi alegría. Sin embargo hoy creo que está en mis manos, en mi mente, en mi alma y en mi corazón ser capaz de afrontar sus ladridos, de enfrentarme cara a cara con esos pensamientos y ganarles el pulso, optando por atender únicamente a los pensamientos bonitos, alegres, llenos de esperanza y acompañados de hermosos sueños.

jueves, 6 de noviembre de 2008

Aprender del amor

Todos anhelamos amar, sin embargo no deseamos ver el otro lado del amor, el que en ocasiones se nos presenta velado. Quizás sea justamente porque no alcanzamos a comprender el verdadero significado del amor. Ante una relación en ciernes, existen unas expectativas posibles que pueden verse cumplidas o no, cuando comienza la vida en común. Muchos llevamos a flor de piel profundas heridas causadas por la inseguridad y el miedo a volver a fracasar. Somos susceptibles y a la vez precisamos amar y ser amados. Inconscientemente estas heridas afloran en nuestras relaciones y nuestra vulnerabilidad nos conduce a actuar desarrollando estrategias, demandando, evadiendo, creando conflictos… magnificando detalles que nos hacen sentir que ya no podemos volver a confiar en la persona con la que estamos. El “ha hecho algo” que de repente nos conduce a pensar que no es tan "confiable" como creíamos, llegando incluso a sentirnos traicionados. No podemos cambiar el hecho de sentirnos traicionados. Pero sí nuestra actitud ante el sentimiento de traición. Podemos darnos cuenta de que esas experiencias, aunque dolorosas, son oportunidades increíbles de crecimiento y aprendizaje de lo que realmente significa amar. Cada uno puede esperar del otro todo lo que quiera, pero la única expectativa valida es la de que la otra persona sea quien realmente es en su totalidad.. Cuando entramos en una relación, la mayoría de las veces, no vemos a la otra persona tal cual es. Lo que hemos visto y probablemente seguimos viendo en el otro es lo que queremos ver, es decir, algo que encaje en nuestras fantasías y deseos. No obstante la profundidad dentro de una relación hace que los miedos y las inseguridades salgan a la superficie. Luego entramos en desacuerdo y nos sentimos traicionados. Entonces caen duramente nuestras fantasías e ilusiones y se produce una pequeña muerte. Si no llegamos a comprender esto, y no creamos un espacio para compartirlo e incluirlo dentro del marco del amor, uno o ambos integrantes de la pareja se hundirán en sus propios sentimientos de vergüenza y traición.

Con más comprensión, sensibilidad, respeto y conciencia, podremos aprender a dar al otro lo que necesita, mientras también estamos siendo sensibles a nuestras propias necesidades. Una relación profunda y comprometida nos procura del mejor espejo para vernos a nosotros mismos y nuestras heridas, nuestras disfunciones y actitudes negativas. Y también nos da la mejor oportunidad posible para cambiar, para crecer y para aprender qué es realmente el amor.

martes, 4 de noviembre de 2008

Lore y Sergio se casan.


Hoy transcribo una canción de lluis llach que de alguna manera expresa lo que para mi significa el amor y se la dedico con todo mi cariño a mis amigos Lore y Sergio.Creo que hay mucha gente equivocada, buscando ansiosamente por el mundo alguien con quien casarse, tener hijos y formar una familia. Ellos y ellas salen a buscar un marido o una mujer que les encaje, para su proyecto. Yo creo de que se olvidan de que casarse y todo lo demás debería ser en todo caso una consecuencia posible del amor, pero que no puede ser su objetivo. Lo que yo quiero, es saber que amo verdaderamente a alguien, y sentirme realmente querida por él. Si eso me sucede, estoy casi segura de que con esa persona yo podría soñarlo todo, inclusive el matrimonio, una familia o hijos. Si no me sucede, no me creo capaz de programar ni una escapada de fin de semana. Estoy convencida de que Lore y Sergio han llevado a cabo el proyecto de casarse después de estar seguros del amor que les une y comparten.

QUE TINGUEM SORT.

Si em dius adéu, vull que el dia sigui net i clar, que cap ocell trenqui l'harmonia del seu cant. Que tinguis sort i que trobis el que t'ha mancat en mi.

Si em dius "et vull", que el sol faci el dia molt més llarg, i així, robar temps al temps d'un rellotge aturat. Que tinguem sort, que trobem tot el que ens va mancar ahir.

I així pren, i així pren tot el fruit que et pugui donar el camí que, poc a poc, escrius per a demà. Que demà, que demà mancarà el fruit de cada pas; per això, malgrat la boira, cal caminar.

Si véns amb mi, no demanis un camí planer, ni estels d'argent, ni un demà ple de promeses, sols un poc de sort, i que la vida ens doni un camí ben llarg.

I així pren, i així pren tot el fruit que et pugui donar el camí que, poc a poc, escrius per a demà. Que demà, que demà mancarà el fruit de cada pas; per això, malgrat la boira, cal caminar.

QUE TENGAMOS SUERTE

Si me dices adiós, quiero que el día sea limpio y claro, que ningún pájaro rompa la armonía de su canto. Que tengas suerte y que encuentres lo que te ha faltado en mí.

Si me dices "te quiero", que el sol haga el día mucho más largo, y así, robar tiempo al tiempo de un reloj parado. Que tengamos suerte, que encontremos todo lo que nos faltó ayer.

Y así toma, así toma todo el fruto que te pueda dar el camino que, poco a poco, escribes para mañana. Que mañana faltará el fruto de cada paso; por eso, a pesar de la niebla, debes caminar.

Si vienes conmigo, no pidas un camino llano, ni estrellas de plata, ni un mañana lleno de promesas, sólo un poco de suerte, y que la vida nos dé un camino bien largo.

Y así toma, así toma todo el fruto que te pueda dar el camino que, poco a poco, escribes para mañana. Que mañana faltará el fruto de cada paso; por eso, a pesar de la niebla, debes caminar.

Mucha suerte Lore... te quiero mucho.