miércoles, 28 de enero de 2009

Su dolor..


De pequeña cuando se hacía un cardenal, le gustaba investigarlo mientras duraba. Primero era morado, la sangre acumulada se mostraba bajo la piel magullada. Si lo tocaba le dolía, pero era un dolor que no molestaba. A continuación el morado adquiría matices verdosos y el contacto ya apenas lastimaba. Después, cuando ya se estaba borrando y se volvía amarillento, lo seguía presionando, con más fuerza, como buscando sentir el dolor del primer día. Era como si en realidad le doliese que el dolor desapareciera. Eso le pasa cuando piensa en el, en su sonrisa, en su mirada, en sus manos, en sus abrazos… Todavía le duele, pero le duele más que ya no lo haga con la misma intensidad de antes.

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