Alba está creciendo sin apenas darse cuenta… se está haciendo mayor.
Comienza a entender las cosas y a veces se siente extraña y otras confundida.
Anda su camino con inocencia y sencillez.
Ama a los animales con toda la pasión que tiene.
Es inteligente…y tiene un grandísimo corazón.
Esta cruzando la línea del tiempo que le separa del recreo continuo y le acerca al tiempo de responsabilidades… Sólo hay que verla como asume el papel de hermana mayor con Rita, y aunque en ocasiones ya no tiene ganas de jugar entiende que ha de hacerlo porque sabe que Rita es más pequeña y no puede comprender que en lugar de jugar prefiera hablar de todo lo que le interesa o le preocupa. Damos por hecho que lo siente como algo normal y olvidamos que no esta siendo fácil para ella… Casi de la noche a la mañana se ha visto con una hermanita postiza que de buenas a primeras esta compartiendo su habitación, viviendo en su casa y, lo que es peor, robándole la atención de su papi. Sin embargo, no da muestras de que le importe demasiado… y aunque no tenga muy claro lo de considerar a Rita como a su hermana, trata de asumir el papel con la mayor diligencia…y eso dice mucho de ella. Creo que es un regalo tenerla cerca y un privilegio ver como, a nuestro pesar y tal vez también al suyo propio, se esta haciendo mayor.
La Cueva del Ángel existe, pero pocas personas saben exactamente dónde se encuentra. La primera vez que entré tuve miedo, y no logré pasar de la primera estancia...Cuando vencí el miedo, logré escuchar al Ángel y él me alentó a seguir hasta el final... entonces comprendí que aquello había sido una prueba que tenía que pasar.
domingo, 17 de agosto de 2008
Alba está creciendo...
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1 comentario:
Qué placer leerte de nuevo, Desiree! Y qué ciertas tus palabras sobre el buen comportamiento de tu hijita, aunque para mi tal vez encierran ese error que cometimos todos de niños, de cambiar "lo conveniente" por "lo propio"...que tanta distancia ha impuesto entre "lo que somos" y lo que "debemos ser". Quizás en nuestra sociedad los papás nos enorgullecemos demasiado por la capacidad de nuestros hijos de "dejar de ser", hasta que de mayores nos orgullecemos de "que vuelvan a ser...ellos mismos, como niños". Besos
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