sábado, 23 de agosto de 2008

Mi hermana Susana...


El otro día mi hermana me preguntaba qué recordaba yo de nuestra infancia…

La conocí el primer día de su vida, aunque tengo la certeza de conocerla miles de eones antes. Por fin iba a ver aquella semillita que habitaba el vientre de mama transformada en mi hermana. Mi padre vino a por mí por la mañana para llevarme hasta el hospital. Yo todavía no tenía cuatro años y recuerdo que la emoción y la alegría por conocer a mi hermana me desbordaban…Cuando llegamos, mi madre la tenía entre sus brazos, ella dormía pero al momento, como si hubiera adivinado que yo estaba allí, abrió sus ojitos y estiro sus bracitos como saludándome… yo solo quería que me la dejaran coger en brazos… a partir de aquel instante ya no supe vivir sin ella.

Hemos crecido juntas…ahora recuerdo las meriendas mirando barrio sésamo, y las tardes de barbies, y los días de playa, y nuestras canciones en el asiento de atrás del coche de papá cuando íbamos de viaje…

Y después nos hicimos adolescentes y recuerdo sus cartas cuando yo estaba en Londres… y como me impresionaba comprobar que ella también se estaba haciendo mayor…y como a pesar de la distancia seguíamos siendo grandes cómplices.

Y después nos hicimos mayores y un día la madre superiora del colegio le dijo a mi madre que Susana era “completa” y tenía toda la razón…se había convertido en una bonita jovencita con unas notas impresionantes, que había decidido disfrazar sus colores para poder volar desapercibida..no obstante, quien sabia mirar… veía en ella pura bondad,sensatez, responsabilidad, amabilidad….en fin completa.

Ahora es de color malva, del color de la templanza y sus ojos verdes brillan lacrimógenos con demasiada intensidad.

Y yo se que ella sería capaz de cambiar al mundo solo levantando un pie

Y que las calles de Reus lucirían diferentes a su paso

Que puede transformar un charco en mar sin ni siquiera proponérselo… pero ella no lo sabe.

Pero confío en que algún día será consciente de su luz, y ese día señores, habrá que ponerse gafas de sol por la noche.

2 comentarios:

Miguel Benavent de B. dijo...

Simplemente fantástico! Tu hermana debería leerlo!Si crees que puedo ayudarte a que levante su pie, no dudes en decírmelo!

Susana dijo...

Gracias Desi... simplemente gracias. He estado esperando a realizar un comentario, esperando a tener las palabras necesarias que transmitieran con fuerza aquello que al leerte, me haces sentir.
Hoy sigo sin encontrar palabras para tal despilfarro de halagos y caricias literales.... y sin embargo, sigo sumida al leer y releer tu comentario, en una profunda emoción, que me supera y me hace sentir "indigna" de tales palabras.

Siempre me has cuidado, siempre me has tenido bajo tu protección, aún cuando eras todavía una niña. En mi infantil recuerdo te tengo a tí, la personita con la que siempre quería ir, "mi salvadora" en el colegio, la que me hacía sentir como en casa, la que me rescataba del desamparo y el miedo a la soledad. Siempre fui una niña muy tímida, y te utilizaba como escudo, escondiéndome detrás de ti, en quien confiaba...... y en quien después de mucho tiempo, sigo teniendo plena confianza.
Sé que te tuve, te tengo y te tendré, que nunca nos perderemos, estamos enlazadas, compenetradas... tenemos la suerte de haber creado, casi a ciegas y sin darnos cuenta, un vínculo fuerte y seguro, que nos permite estar lejos y cerca a la vez. Imagino un lazo azul entre tú y yo... Un lazo que se alarga o se acorta flexiblemente, según lo cerca o lejos estemos, físicamente, una de la otra.... no obstante, el punto fuerte no está en cuán largo o corto esté el lazo, sino en la maravilla y el milagro de su textura, que no se rompe, no permite ser cortada, un lazo construido de hilos de cariño, entrelazados con confianza y el deseo común de encontrarnos verdaderamente.

Un simple lazo: un maravilloso vínculo.

TE QUIERO, MI ADMIRADA Y AÑORADA HERMANA MAYOR.