domingo, 31 de agosto de 2008

Mi hija cumple cuatro añitos...


Esta semana se cumplen cuatro años desde el día en que alumbré a mi hija y sentí por vez primera, que un trocito de mi se iba con ella.
El fruto del amor se encarnó en un latido y nos concedió a su padre y a mí el milagro de la vida. El palpitar de su corazón fue sumando vida en mi vientre y la ilusión comenzó a tener forma… primero fue un puntito de luz y después ese puntito tuvo ojos, boca, oídos, nariz, manos y pies…

Recuerdo que su primer movimiento fue una fiesta y después, su primera patada un festejo lleno de alegría.
Y poco a poco, la esperanza consumió los nueve meses de espera, y la nueva vida se abrió paso para adecuar su curso a la travesía de salida. Y brotó la luz de madrugada, un día a principios de septiembre. Y la magia, dando su consentimiento, nos envolvió con su aroma de felicidad.
Y mi abrazo le dio la bienvenida y mi latido le acuno con cariño.
Y mi vida se llenó de dicha y hoy ya no podría vivir sin ella.

Durante estos cuatro años que han pasado, he ido descubriendo ciertos rasgos de su personalidad que la van definiendo como la niña que es y la mujer que un día llegará a ser. Me he encontrado con algunas limitaciones que dificultan el proceso de entenderla, pero a la vez, he descubierto nuevas formas más creativas para acercarme más a ella.

Es fantástica a pesar de su mal genio. Es apasionada en todo lo que hace y no sabe de esperas ni condiciones. Vive espontáneamente y únicamente se rige por su cuerpo de sensaciones… no tiene prejuicios de ningún tipo. Se mueve por impulsos y eso, le lleva a despistarse de la buena conducta que pretendemos que adquiera marcándole normas y limites…Pero ella, sigue estando por encima de todo ello y si tiene que llorar y gritar para conseguir lo que quiere no tiene ningún reparo en hacerlo.. Luego, cuando intento hacerle entender las cosas, parece que lo entiende pero el fuego que lleva dentro es intenso y poderoso.

Nunca pensé que ser madre iba a ser tan difícil. Después como contrapartida están sus abrazos, los mejores que nadie me ha dado jamás… y sus “te quiero” tan verdaderos y tan puramente genuinos que me llegan directamente al corazón… y así me siento recompensada con creces.
Cuantas horas paso sumida en inefable arrobo, mirándola. Feliz. Jugando en la playa, parece que la luz del sol le acaricie fundiéndose con ella y que de sus radiantes ojos se exhale una luz más viva incluso que la propia luz.

3 comentarios:

Miguel Benavent de B. dijo...

Felicidades Alba! Y no por cumplir cuatro años y crecer, ni por seguir siendo como eres (vivaracha, espontánea y auténtica según tu alma), sino por tener a una madre que te quiere mucho y sabe bien cómo eres en realidad...aunque también sabe que deberás "domesticarte", hacerte mayor alejándote de tu alma, para, después y con los años, volver a ser tú tal y como eres, pero entonces ya triunfante, pletórica y plena!

Susana dijo...

La pequeña Rita va creciendo a pasos agigantados.

Al leerte, querida, añorada y entrañable Désirée, o Desi como solemos llamarte nosotros,"los de casa", también en mí resuenan tus palabras hasta hacerme emocionar. Tienes la habilidad de escribir dulcemente aquello que sientes....

Yo quería darte las gracias por esa dulzura y por mucho más: por haber dado a luz a una criatura a la que amo con pasión, que devuelve con sus gestos vitales toda la frescura y la autenticidad que poco a poco, los adultos vamos perdiendo, distraidos por nuestras metas, nuestra educación, nuestros "debería" y nuestros "tengo que". Con Rita en nuestras vidas, todo cobra un nuevo brillo y color.
Gracias por tu hazaña de ser madre, por ser capaz de emprender esa aventura, gracias por esa garra que te caracteriza y que es una de las cosas que más admiro de ti. Gracias por tu empeño y esfuerzo diario en ser una buena madre. Gracias por comprender a RITA, con todas las letras, a Rita la niña, a Rita la hija, a Rita la testaruda, a Rita la cariñosa, a Rita la que trata de imponerse desde su pequeño mundo, a Rita a la que se le agolpan lagrimillas en los ojos si te has marchado un rato y se le olvidó regalarte los piropos que te tenía preparados.. Nada que no podamos solucionar con una llamada de móvil, que registre una vocecita diciendo "Guapaaa!! Preciosaa!! Chuchería!! Gominola!! y como no, su gracioso "Ensucrà!!" (para los castellanos traducimos: "Azucarada!!")".

En fin, gracias por darme o darnos esa faceta de ti, como madre, ayudándonos a comprener el reto que supone dar a luz una nueva luz, que desde el inicio brilla con luz propia.
Gracias por eso y por todo, DESI.

Mariposa dijo...

Tienes una niña hermosa, bellísima, y tu relato lo entiendo perfectamente porque yo también soy madre y siento lo mismo que tu según van pasando los días y voy conociendo y aprendiendo de mi hijo maravilloso que también tiene 4 años y es un gigante en su energía de vida y todo el día se está moviendo de acá para alla y su vocecita es tan cálida y su sonrisa tan dulce, bueno te dejo un abrazo y sigue siendo feliz.