La cueva del ángel

Hay un ángel dentro de la cueva que está esperando la ocasión para hablarnos, para decirnos que él está allí dispuesto a ayudarnos en nuestro descenso...sólo pide confianza en él. Su misión es mostrarnos el camino de regreso a la luz. Descender es enfrentarnos cara a cara con todos nuestros miedos, mirarlos de cerca y tratar de vencerlos para después renacer. El trayecto no es fácil, una vez dentro la única luz posible es la de la vela que nos acompaña y que guardaremos de que no se apague... Allí dentro el silencio es total y profundo dejando que el latido de tu corazón sea lo único que se escuche. A lo largo del recorrido se pueden contemplar columnas formadas por estalactitas y estalagmitas que el tiempo ha permitido que se unan lentamente, gota a gota. Una vez dentro, trataremos de aquietar a nuestra mente y hacer callar a nuestro pensamiento para poder escuchar al ángel. Cuando percibas su presencia te sentirás incómodo, romperá tus esquemas en un momento, te hará sentir ridículo, te hará llorar de angustia y te asustará hasta que seas capaz de tomar la senda que conduzca a tu propio despertar. Será como experimentar una muerte cruel y devastadora para después sentir que volvemos a nacer....sentir un impulso urgente hacia delante y un giro en la postura para cruzar la frontera y percibir una luz hiriente que poco a poco dejará de serlo y te permitirá atestiguar una expansión en la verdad sin fronteras que calará todas y cada una de tus células y penetrará tu ser hasta la médula mostrándote cúal es la verdad ....entonces podremos vivir en paz y morir en paz, pues lo que da sentido a la vida da sentido a la muerte.