viernes, 30 de mayo de 2008

Luces, sombras... y señales


Ja no se si entre o si ix, si empre o si deixe, si vaig avant o enrere. El camí es tan llarg que no hi ha pas que no siga centre.

Així es com veig la vida, des de la mirada perduda, des del somni d’un enamorat per l’encontre

De vegades, alce el cap al cel del mig dia i dic en veu alta que la santa llum del sol es pesada per al que no obté del dia els seus racons d’ombra

Tot es necessari, la llum, les parpelles per a tancar-les, la nit, el camí ben llarg, la densa boira, els colors de la vesprada.

No més soc una petita ombra en el camí, una veu que no diu que no a l’ombra, entenent que m’acompanya, sabent que si existeix es perquè se que es necessària

També es cert que no suporte la foscor. Així, doncs, no tinc més remei que admetre que Deu es un joc d’ombres, i jo, un caminant que va davant de la meua ombra.

Ciertamente sin la oscuridad no puede existir la luz, de la misma forma en que sin la noche no puede nacer el día…es la eterna necesidad de los opuestos unidos en una misma vía. Cada día que empieza es la confirmación de la pérdida del día anterior…y aunque dejo algo atrás sé que también encuentro algo nuevo. La senda está llena de pérdidas y encuentros.

El camino es largo y en ocasiones se vuelve angosto. La decisión de seguir más allá precisa un corazón fuerte capaz de superar límites aceptando necesidades y seguir hacia delante.

A lo largo del camino, cuando la luz del gran astro se hace insoportable, he de buscar la sombras de los sabios árboles, y entre todas, hallar la frondosidad que me de refugio.

A lo largo del camino he de cruzar, a través de la noche oscura, el terrible caos de los miles de muertos que yacen a mi lado y se ordenan en una idea luminosa cual si de una estrella se tratase queriendo dirigir mi destino. Es entonces cuando apelo a la conciencia y encuentro un faro en la oscuridad

Conforme avanzo por la senda se que me voy transformando y pequeños trocitos de mi, se van quedando por el camino. Son trozos de mi vida que ya no valen, que ya no tienen razón de ser, porque formaban parte de un proceso de continuo cambio. Son pedazos de sufrimiento que me oprimen y no me dejan respirar.

Sé que el camino esta lleno de señales, que el cielo esta repleto de estrellas, que en los recodos del sendero hay fuentes de agua fresca y clara para calmar mi sed…mi infinita sed.

Sé que es necesario adentrarme en el para llegar a la meta completamente transformada y llena de confianza

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